Dicen que hay cosas que duran para siempre
una amistad, un sentimiento, un momento, una persona.
Dicen que hay cosas que no duran lo suficiente, que son efímeras.
la felicidad, la estabilidad, la tranquilidad, el sentimiento de sentir que todo esta bien.
Dicen como vivir la vida.
Dicen como no vivir la vida.
Dicen que soñar , con que no soñar.
Dicen cosas que dirán.
Y luego se me olvida del que dirán.

Santiago -De Noche.

Donde nace la tristeza
donde termina el sol
donde la lluvia moja tu cara
donde brilla el sol
donde es apocado el sol
dos, tres cuatro, seis.
Nunca duerme
La ciudad.

Cuando creas, o crees en alguien, en algún ser mitológico o real, quizás peor aún.
Cuando empiezas a soñar en las cosas reales e irreales, y pierdes la noción de ello.
Cuando ves lo que tus ojos vean, y lo que el corazón se miente, y la razón se mete.
Cuando vas contando una historia que al final es solo una secuencia de sucesos.
Cuando te das cuenta que solamente, la razón siempre tuvo la razón.

 y al final es solamente eso el final. (…)  

Leonardo.

Entonces la felicidad parecía lejana, efímera, corta, ajustada,
inapreciable, como la perdida de un ser querido, de un ser amado,
de un ser deseado, pero esta vez sin perderlo.
Era injustificable lo justificado, era imprescindible lo prescindible, era imposible lo posible.
era la mezcla de emociones que en algún momento aprendemos,
en los cuentos, en los libros ,en las historias con finales.
Como aquellos finales que embargan la pena, que estremecen el cuerpo, que hacen creer en que alguno sea -felices por siempre-.
Leí, leíste, leímos, la sonrisa en tus ojos, la alegría en tu corazón, la armonía de nuestros rostros, la incertidumbre del hacer bien, del mañana, el amor puro en tus labios, en nuestra arrugas, la expresión de sinceridad en tus cejas, la esperanza en tus manos.
Los sentimientos que abarcaban la habitación, los que no se encontraban aquí, ahora, lo que quedaba, lo que estaba.
Todo es distinto sin ti.